I
Sobre
el marco
caen
retinas
que
se convierten polvo
como si fueran alas de libélulas
nutriendo
el deseo
por hundirme en su sexo
blanco umbral
con
auroras que realzan el café de sus ojos
frágiles escollos
escarchados
de nubes preñadas
para
darle vida a una boca incauta
encaminado
por
deseos de morderte hasta los hueso
llenar
el cántaro
colocando
debilidades
mi jauría
eterna sobre la cama
esperanza
embarcada sin anclas
para
derretirme entre olas púberes
porque
al final
de
tantos rocíos
de
cascadas nocturnas
amanece
sin querer
tú con el jardín del progreso
yo la espera
el fruto
II
Abre
la mano derecha
y
rinde esas luciérnagas
entre
las piernas
colorea
nuestra atmósfera para observar
como
brilla el perfume macerado
enmarca la risa
y
desviste la espalda
el balcón de tus cabellos
evoca esa compañía
que
adormece la manzana del tiempo
la que se enclaustra entre ombligos
el sueño
que
humedece la opción de procrear
III
Encerrado
con
la tristeza de ventanales desnudos
húmeda y ligera
por
dónde pasan retinas orgásmicas
brilla el techo
por labios que buscan
tus piernas
muevo la sombra
el sexo
la cama
auroras del entumecido pecho
tornasolados al recorrido del sol
detrás del viento
detrás
nos conocemos
ciegos a destiempo
sueño
que somos hilos
la piel de los días
Publicado en la
Revista Cultural LITERAR (Argentina) abril del 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario